La ciudad perdida, Córdoba

Está claro. Córdoba ha perdido el rumbo. Ha perdido el rumbo que desde los inicios de la "DEMOCRACIA" se habia marcado. Ese rumbo que hacía dirigirse a mi ciudad con paso lento pero firme, siempre hacia adelante, siempre a la izquierda. Pero ese rumbo acabó con la llegada del "rosismo". Los que orientaban la nave dejaron de aplicar unas politicas claras de izquierdas, desconcertando a la ciudadania.

Y esa ciudadanía empezó a montar en los botes salvavidas del desconcierto, del desencanto con una organización que no ha sabido en Córdoba dar respuesta a los problemas.

Y en estas apareció Sandokan, con los dimes y diretes de hacer el oro y el moro, de contruir sin fin, de gestionar el ayuntamiento como se dirige una empresa, de dar empleo.... y el populismo chabacano fraguó, se consolidó en las mentes de los desamparados, de los desencantados, de las personas que se encontraban fuera del sistema y a quienes IU no se supo acercar, responder, cumplir sus demandas.

La reflexión es clara, simple a la vez que compleja. La nave hay que reconducirla, con sabia nueva, pero haciendo aquello que tan bien funcionó pero que se dejo, se abandonó. ¿Que ocurrió con las asociaciones vecinales? ¿Qué ocurrió con el sindicalismo de izquierdas? ¿Qué ocurrió con la militancia desencantada por la perdida de democracia interna? ¿Qué ocurrió en definitiva con nuestra organización?

Esto se puede reconducir, por el bien de la ciudadanía, por el bien de Córdoba, pero nunca por nuestro bien, pues en la busqueda del beneficio propio, se perdio el beneficio general.